La asombrosa vida de una de las personas más importante en la historia de la informática

Lynn Conway: la mujer que dio origen a los supercomputadores
Esta mujer estadounidense perfeccionó el diseño de los microprocesadores que marcaron el inicio de los chips Pentium y de colosales máquinas como Deep Blue, el computador que una vez derrotara a Kasparov en un partido de ajedrez. Ahora lucha en contra de los estigmas sociales que afectan a las personas que han vivido un cambio de sexo, como ella.
 
"Cuando me inserté en la sociedad laboral como una mujer sentí el peso de los prejuicios que existían en la época hacia las ingenieras que trabajaban en informática, pero eso no me amedrentó". Lynn Conway, ingeniera electrónica.
(Foto: COPESA)
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En 1998, un joven investigador comenzó a buscar los orígenes de un proyecto de la IBM, desarrollado hacía 30 años atrás. Mark Smotherman, de la Clemson University, en EE.UU., sabía que en ese documento, bautizado misteriosamente como Proyecto Y, se encontraban los conocimientos pioneros que dieron origen a los supercomputadores. Sin embargo, su búsqueda parecía ser infructuosa asi es que puso avisos en varios sitios académicos de internet para que quienes supieran algo al respecto se comunicaran con él.

Repentinamente, un email firmado por Lynn Conway, una de las más reconocidas expertas en ciencias computacionales, le entregó el material que le faltaba y nuevos antecedentes. A Smotherman le interesó saber cómo esta mujer tenía tanta información en su poder. La respuesta a esa pregunta fue uno de los pasos más difíciles que Lynn Conway diera en su vida. Tuvo que abrir las puertas de su vida privada y contar que ese famoso proyecto, sobre el que posiblemente se sustenta gran parte del estado actual de la tecnología informática, fue hecho por ella misma, en IBM, cuando no era Lynn Conway, sino que Robert Sanders.
 
Tiempos oscuros

Ese nombre -ficticio para proteger a su familia- representa el pasado de Lynn, quien comenta sus vivencias a La Tercera "Tu sabes que nací como transexuado, es decir, tenía cuerpo de hombre pero era una niña. Durante muchos años me sentí como un extranjero y creo que estas terribles experiencias -no poder sentirte bien como hombre y no recibir ayuda para solucionar ese problema durante mucho tiempo- me han ayudado a ver la vida con otros ojos", relata Lynn.

Esta ingeniera en electrónica estudió, aún siendo varón, en la Universidad de Columbia y luego trabajó en IBM donde sus trabajos en el perfeccionamiento del diseño de chips marcaron la pauta para el mejoramiento de estos sistemas. Fue su aporte el que dio origen a la generación supercomputadores del gigante IBM entre los que se cuenta Deep Blue, el coloso que una derrotara al campeón mundialde ajedrez Garry Kasparov.
 
En ese entonces, el ingeniero Robert Sanders estaba casado y tenía dos hijas, pero ya no era capaz de mantener esa vida. Incluso intentó suicidarse pero su esposa lo apoyó a tomar la decisión correcta. Robert se convirtió en Lynn, pero esta transformación le costó su trabajo y perder a sus hijas tras un abrupto cambio en su esposa. Durante décadas mantuvo silencio, resignándose a no recibir el mérito que le correspondía.
 
Reconocido mérito

Sin embargo, la recién nacida Lynn Conway, de alrededor de 30 años, también se dedicó a la computación y, junto al ingeniero Carver Mead del MIT, desarrollaron los nuevos métodos de fabricación y estructura de chips que dieron origen a los microprocesadores Pentium.

En 1998, cuando su historia comenzaron a buscar los pasos de aquellos primeros trabajos, se arriesgó a dar a conocer su historia. Estaba feliz, viviendo hace 13 años con su pareja, Charly, quien conocía toda su historia. Fue él quien la motivó a dar ese paso. Con ello, Lynn Conway no sólo recibió el reconocimiento que merecía. Por primera, después de 15 años, volvió a ver a sus hijas y conoció a sus nietas.
 
Su identidad como mujer también le trajo algunas complicaciones: "Cuando me inserté en la sociedad laboral como una mujer sentí el peso de los prejuicios que existían en la época hacia las ingenieras que trabajaban en informática, pero eso no me amedrentó", comenta.
 
Lynn afirma que su vida ha sido infinitamente más satisfactoria tras su cambio de sexo. "Mi vida como mujer fue más feliz que nunca antes. Me volví una persona más creativa y feliz, creo que eso trajo el éxito a mi vida. El futuro lo veo lleno de esperanzas porque, con todos sus obstáculos, la vida es un don maravilloso y quiero disfrutarla completamente hasta mis últimos días".

 
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